martes, 10 de abril de 2012

El robot soviético Lunokhod I revive

Un robot Soviético perdido en las llanuras polvorientas de la Luna durante los últimos 40 años ha sido hallado, y sorprendentemente  está devolviendo fuertes pulsos láser a la Tierra.
“Enviamos un rayo láser a la posición del Lunokhod 1, y nos sorprendimos por el poder de la reflexión”, dijo Tom Murphy de la Universidad de California en San Diego, quien lidera el equipo de investigación que está poniendo a trabajar al envejecido robot. “Lunokhod 1 nos está hablando en voz alta y con claridad.”
Casi olvidado en la tradición de la carrera espacial de la era Apolo, el Lunokhod 1 fue uno de los mayores éxitos del programa de exploración lunar de la antigua Unión Soviética. En 1970, la revista Time describió así el histórico aterrizaje del robot:
Tres horas después de llegar a la Luna a bordo de la última sonda no tripulada rusa, Luna 17, el Lunokhod I (literalmente caminante lunar) bajó pesadamente por una de las dos rampas de la nave nodriza y se movió hacia adelante … dando así el primer paso gigantesco para los robots en otro cuerpo celeste.
El robot a control remoto viajó casi 11 kilómetros durante su gira lunar de 11 meses,  transmitiendo miles de imágenes de televisión y cientos de panorámicas de alta resolución de la Luna a la Tierra. Asimismo, tomó muestras y analizó el suelo lunar en 500 localidades.
Luego el Lunokhod 1 se perdió – hasta el mes pasado cuando la nave Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA lo encontró de nuevo. La recuperación se describe en un comunicado de prensa de la NASA.
Murphy y su equipo enviaron pulsos de luz láser desde el telescopio de 3,5 metros en el Observatorio Apache Point en Nuevo México, enfocándo el objetivo a las coordenadas proporcionadas por la Lunar Reconnaissance Orbiter. Un retroreflector laser en el Lunokhod 1 interceptó los pulsos y devolvió una clara señal a la Tierra.

“Tenemos alrededor de 2,000 fotones del Lunokhod 1 en nuestro primer intento. Después de casi 40 años de silencio, este rover tiene mucho que decir”, señala Murphy.

De regreso a finales de 1960 y principios de 1970, los astronautas del Apolo colocaron otros tres retroreflectores en la Luna para permitir la medición láser de la órbita de la Luna. Con la ayuda de un cuarto reflector en el Lunokhod 2, un gemelo de Lunokhod 1, que aterrizó en 1973, estos espejos constituyen el único experimento de ciencia del proyecto Apolo que sigue funcionando.

Eric Silverman, ahora retirado de la Universidad de Texas, estuvo a cargo de las actividades del sistema láser de medición lunar en el Observatorio McDonald desde 1969 hasta 1982. “Durante ese tiempo”, recuerda, “medimos con éxito con los tres reflectores Apolo y con el reflector Lunakhod 2. También tratamos de medir con el primer explorador lunar, pero sólo tuvimos una detección posible (pero no definitiva) el 31 de diciembre de 1970. Nuestra falta de conocimiento de la ubicación del vehículo y las presiones para continuar con el programa Apolo causaron que se perdiera el interés en el Lunakhod 1″.
“Cuando leí que Tom Murphy había descubierto retornos laser desde el rover perdido me sorprendí mucho y estaba muy contento”, dice Silverman.
La reacción inicial de Murphy fue de incredulidad: “La señal era tan fuerte, que mi primer pensamiento fue que nuestro detector ¡estaba actuando solo! Yo esperaba que el reflector del rover estuviese degradado y sucio después de tanto tiempo, así que pensé, ‘esto no puede ser el reflector’. Pero lo era. “

“Este reflector es aún lo suficientemente fuerte como para permitirnos obtener mediciones durante el día lunar – una primicia para este experimento!”. Silverman continúa: “El hecho de que la reflexión del Lunokhod 1 es ahora más fuerte que la de su gemelo es un misterio. Puede aportar pistas importantes en cuanto a por qué todos los reflectores son más débiles que en la primera década después del aterrizaje.”
Con Lunokhod 1 vuelta en el redil, el estudio de medición láser puede avanzar a su velocidad máxima por primera vez. Los científicos están utilizando la medición láser para forzar al máximo la teoría de la gravitación de Einstein “para ver si podemos probarla”, dice Murphy.

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