viernes, 3 de febrero de 2012

Mao rocks!

Mi querido amigo y conocidísimo filántropo Alastair T. de Bandervilt-Pinetower me envía una historia sobre un rockero que trató de matar a Mao Tse-Tung: 

Se podría llamar rockero a Lin Liguo (1945-1971), en el sentido de amante del rock. Hasta se sentía apostólico: “¡habrá un día en que dejaré que los chinos sepan que hay música tan maravillosa en el mundo!” Previsiblemente, aquel complot resultó una chapuza. Lin Liguo, alías Tigre, era hijo de Lin Biao, segundo de a bordo en la China comunista. Eso explica el tono paternalista de su exclamación sobre las bondades del rock: niño mimado de la nomenklatura de Pekín, tenía acceso a publicaciones y discos extranjeros ¡en plena Revolución Cultural! Hasta se libró del incordio de militar en los Guardias Rojos, una pérdida de tiempo habiendo tantas chicas sueltas.

Ninguna simpatía por el diablo

Mamá le buscaba novias a su altura. Papá le colocó en la cúpula de las Fuerzas Aéreas. Dinámico, Tigre formó pandilla y todos juntos lanzaron una mirada crítica a su alrededor. Tras 22 años de maoísmo, éste fue su retrato de China: “Los altos cargos sienten ira pero no se atreven a hablar. Los campesinos carecen de comida y ropa. La juventud educada ha sido enviada al campo, para trabajos forzados. Los Guardias Rojos, engañados, fueron usados como carne de cañón y ahora son cabeza de turco. Los sueldos de los obreros están congelados, en una explotación disimulada".

Y decidieron actuar, escudándose en el prestigio del padre. Pero Lin Biao era una sombra del gran manipulador de otros tiempos. El duro general había desarrollado fobias al agua, a las brisas. Pasó temporadas de adicción al opio y la morfina. Además, estaba lastrado por su esposa, enamoradiza y liante. En una reunión del politburó, en 1966, debió defender su honor, explicitando que ella había sido virgen antes del matrimonio y que él era el progenitor de sus hijos. Como en un programa de la telebasura.

Tigre y sus compañeros estudiaron diversas formas para matar a Mao, “el mayor tirano feudal que ha conocido China”. Resultaba tarea compleja: el Gran Timonel era paranoico, se rodeaba de una aguerrida Guardia Pretoriana y se desplazaba en tren blindado. Aquí el relato se pone novelesco. Dodo, la hermana de Tigre, odiaba a su madre y era leal al sistema.

Bien pudo ser ella quien delató a los conspiradores o simplemente ocurrió que Mao se adelantó. Perseguidos de cerca, Tigre, sus padres y varios cómplices huyeron hacia un aeropuerto militar. Despegaron en el Trident de Lin Biao, que no había terminado de repostar. Pusieron rumbo a la URSS pero, dos horas después, el avión se estrelló en Mongolia y quedaron carbonizados.
Así concluyó el intento de golpe de estado del rockero Tigre, la más peligrosa conjura interna contra Mao Zedong. Al menos, según la versión oficial: hay demasiados misterios en toda la trama. Probablemente nunca se sepa a ciencia cierta fuera del politburó.

Fuente original: El gran Diego A Manrique

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